La actividad física como agente promotor de salud
Bienestar y Salud
Prof. Leonardo Rodríguez
Podríamos decir que los que somos promotores de la Actividad Física realmente estamos dando batalla en este momento tan difícil que aqueja a toda la sociedad uruguaya y al planeta.
¿De qué manera estamos colaborando?
Para empezar, muchos dejamos de lado los beneficios personales, que solamente tienen como fin un rédito económico, para pensar que hoy más que nunca tenemos que estar a la orden de una comunidad que nos llama a actuar.
En este mundo mediático donde prima más una imagen que un contenido educativo, de comunicaciones en redes que valen más que una demostración solidaria será necesario que los profesores de Educación Física, entrenadores y profesionales del deporte en general vuelvan al origen.
Recordando la función principal, como decía Platón.
En principio la gimnasia estaba conceptuada como necesidad natural. Tal como ilustran las palabras de
Platón: “Todo ser viviente tiene necesidad de saltar, brincar, y es portador de un ritmo que produce la danza y el canto”.
“Lo más parecido a la agilidad mental es la agilidad corporal y, precisamente, quienes están llamados a solucionar grandes problemas de pensamiento deberían practicar, al mismo tiempo, la gimnasia, siempre ejercitando, conjuntamente, el cuerpo y el alma (dualismo), y nunca el uno sin la otra”.
Con la evolución realizada hasta este momento y con la aparición de una serie de obras sobre la utilidad de la actividad física en la educación de la juventud, hasta entonces exclusivamente espiritual, nos introducimos en el siglo XVII.
Se modifica la educación con aportaciones pedagógicas importantes procedentes del campo filosófico, más concretamente del racionalismo, dando origen a la pedagogía racionalista cuyo máximo representante fue René Descartes (Francia, 1595-1650).
Influenciado por la filosofía platónica, que había originado una actividad física de corte instrumental, tradición que reafirmaría con su idea de hombre máquina, da lugar a una actividad física del rendimiento, mantenida hasta tiempos recientes. “Mens sana in corpore sano”. Como base en la idea de unidad y globalidad del cuerpo, ha cristalizado, afortunadamente, en corrientes de la E. F. como la Psicomotricidad y la Sociomotricidad.
En el siglo XVIII es donde las ideas pedagógicas, en las que se inspira la Educación Física, giran alrededor de los conceptos de libertad y exigencias individuales de la educación.
El siglo de la ilustración descubre la educación natural y en la naturaleza, de la que es máximo representante Jean Jacob Rousseau (1712-1778).
La actividad física es reconocida e en diferentes concepciones de deporte como vemos a continuación.
• Según José María Cagigal “DEPORTE es aquella competición organizada que va desde el gran espectáculo hasta la competición de nivel modesto; también es cada tipo de actividad física realizada con el deseo de compararse, de superar a otros o a sí mismos, o realizada en general con aspectos de expresión, lúdicos, gratificadores, a pesar del esfuerzo”.
• García Ferrando entiende que en todo deporte aparecen tres elementos esenciales definiéndolo como “una actividad física e intelectual, humana, de naturaleza competitiva y gobernada por reglas institucionalizadas”.
• Castejón aporta una nueva definición del deporte bastante amplia en la que tiene cabida cualquier
disciplina deportiva: “actividad física donde la persona elabora y manifiesta un conjunto de movimientos o un control voluntario de los movimientos, aprovechando sus características individuales y/o en cooperación con otro/s, de manera que pueda competir consigo mismo, con el medio o contra otro/ s tratando de superar sus propios límites, asumiendo que existen unas normas que deben respetarse en todo momento y que también, en determinadas circunstancias.
La actividad física, sin importar de cuál se trate, genera múltiples beneficios para la salud de la gente, cualquiera sea su edad.
Cuando se habla de actividad física solo pensamos en la práctica de un deporte o realizar ejercicios físicos, pero es muy importante tener en cuenta que se considera “actividad física” a cualquier movimiento del cuerpo producido por la acción voluntaria y que supone un gasto de energía.
Por lo tanto, además del ejercicio físico y el deporte, otras acciones como realizar tareas domésticas, jugar, regar las plantas o mantener el jardín, bailar, subir y bajar escaleras, entre otras, deben incluirse como actividades físicas.
La actividad física es un pilar fundamental en la promoción de la salud y en el bienestar de las personas,
ya que tiene beneficios no solo físicos sino psicológicos que en este momento de pandemia se profundiza agudamente.
Aparte de la mejora de la movilidad articular y muscular, favorece la salud cardiovascular, contribuye a equilibrar un peso saludable, ayuda a disminuir el estrés y a reducir el riesgo de enfermedades como la hipertensión, diabetes, colesterol, artrosis, entre otras.
Hacer actividad física probablemente no sea una prioridad en medio de nuestra preocupación por protegernos a nosotros mismos, a nuestras familias y a nuestra sociedad durante la pandemia de COVID-19.
Pero quizás debería serlo, porque la actividad física puede ser una herramienta valiosa para controlar las
infecciones por COVID-19 y mantener la calidad de vida.
La actividad física es una de las fuerzas más poderosas para mantener la buena salud.
Al mejorar el funcionamiento de numerosos sistemas fisiológicos, la actividad física ayuda a prevenir y/o
tratar muchas condiciones de salud física y mental.
Por eso es que podemos afirmar con fundamento que la actividad física ayuda a aliviar las consecuencias de la Pandemia:
- La actividad física tiene el potencial de reducir la gravedad de las infecciones por COVID-19. Esto está relacionado con lo que sucede en los pulmones durante una infección. El sistema inmunitario detecta el virus invasor en los pulmones y lo ataca. El conflicto entre el virus y las células inmunes crea inflamación.
Esa inflamación causa daño al tejido pulmonar que interfiere con la respiración y puede volverse lo suficientemente grave como para requerir intervenciones médicas, como ventiladores mecánicos.
- La actividad física es efectiva tanto para prevenir como para tratar enfermedades cardíacas, diabetes
y ocho tipos específicos de cáncer, los cuales aumentan el riesgo de enfermedades graves y muerte
entre las personas infectadas con el coronavirus.
Aunque la actividad física es ampliamente recomendada por las autoridades de salud, los esfuerzos
para promover estilos de vida activos son mínimos.
Actualmente tiene sentido alentar a las personas, especialmente aquellas con enfermedades crónicas, a que sean moderadamente activas antes de enfermarse de COVID-19, para reducir
la gravedad de la enfermedad después de la infección.
- Los síntomas de estrés aumentarán a medida que continúe la pandemia debido a las amenazas para la salud, la pérdida de empleo, la reducción de ingresos y el aislamiento social.
Afortunadamente, estar físicamente activo tiene importantes beneficios para la salud mental y alentar a las personas a estar activas podría ayudar a muchos a sobrellevar el estrés continuo y evitar enfermedades psicológicas.
Cada sesión de actividad física reduce los síntomas de depresión y ansiedad, por lo que estar
activo todos los días puede ser un antídoto parcial para el estrés de la pandemia. - La respuesta del cuerpo al estrés psicológico crea desequilibrios entre el cortisol y otras hormonas que afectan negativamente el sistema inmunitario y la inflamación.
Por lo tanto, el estrés psicológico afecta los procesos biológicos subyacentes de la infección COVID-19, pero la restauración del equilibrio de cortisol es otro mecanismo por el cual la actividad física beneficia la inmunidad y la inflamación.
La actividad física ya es casi universalmente recomendada, y hay mucha evidencia que podría contribuir tanto a reducir la gravedad de la enfermedad COVID-19 como a mejorar la calidad de vida antes y después de la infección.
Falta mucho aún. Contribuir con un sistema de salud que solo no alcanza vencer una pandemia.
Existe un esfuerzo mancomunado con todos los agentes para implementar programas de prevención, donde la actividad física juega un rol preponderante para educar desde temprana edad, con actividades motrices que acompañen la evolución del hombre junto a los avances tecnológicos y ambientales.